DE LA IMPORTANCIA DE LAS ELECCIONES EUROPEAS...
Entre el 4 y el 7 de junio, 375 millones de europeos elegirán a sus representantes al Parlamento Europeo. Nosotros lo haremos el domingo, día 7.
Las elecciones se van a disputar en un tiempo marcado por una crisis económica y financiera de carácter global, que servirá, seguramente, para poner a prueba la capacidad de respuesta de la Unión Europea.
Si España no hubiese entrado en la UE en 1986, y en el euro en 2002, es más que evidente que la actual crisis internacional hubiese llevado al país a un inconmensurable desastre.
España no solo debe a la UE su consolidación democrática, su modernización, su mayor prosperidad económica y sus mejoras en infraestructuras, sino también, su mejor calidad de vida, su modernización tecnocientífica y la libertad de circulación de personas , bienes y mercancías.
Muchas son las decisiones del Parlamento Europeo que afectan cotidianamente a nuestras vidas, tales como las que se toman en el ámbito del empleo, de asuntos sociales, medioambientales, de mercado de bienes y servicios, de estabilidad de servicios financieros, de seguridad para los consumidores, de salud, de seguridad y terrorismo, de libertades civiles.....
Es por ello que los españoles debemos encarar estas próximas elecciones con un mayor sentido de la responsabilidad, evitando niveles de abstención que puedan enmascarar un inequívoco y renovado apoyo a la integración europea plena.
La participación cívico-electoral es también una forma de afirmación de la ciudadanía y una señal clara de que "ser europeo" es un deseo reiterado de los españoles.
El proceso de integración europeo, que se inició hace medio siglo, no es, ni ha sido un camino fácil y sin problemas. Las instituciones diseñadas inicialmente para un acuerdo de 6 países han tenido que ir transformándose y rediseñándose para una Unión Europea de 27 estados. Richard Coudenhove-Kalergi, promotor del ideal europeísta en los años 20, Jean Monet, el padre fundador y grandes impulsores como Schuman, De Gasperi y Spaak han iniciado y marcado el camino. En España fueron, entre otros, Salvador de Madariaga y más tarde Felipe González, que supo ver en nuestra integración una garantía de la estabilidad democrática y de prosperidad para una España que acababa de salir de una dictadura.
En este camino siempre ha habido euroescépticos, como el General De Gaule, que no aceptan, entre otras cosas, las cesiones de soberanía que los estados han tenido que ir haciendo. Actualmente los euroescépticos ya tienen partido político europeo reconocido (Libertas), que se presenta a estas elecciones con pretensión de conseguir representación europarlamentaria que les permita interferir en la política europea tradicional.
El Tratado de Lisboa , que como todo indica , podrá entrar en vigor en unos meses ( de los 27 países ya lo han ratificado 25, solo queda la República Checa e Irlanda , que en verano tendrá su segundo referéndum) va a hacer más transparente y menos burocráticas todas las gestiones en la Unión, va a acrecentar las atribuciones y competencias , no solo del Parlamento Europeo con los órganos ejecutivos , sino también de los Parlamentos Nacionales delante de la UE y será un paso más en el camino de convertir este tratado entre estados soberanos en algo más, con más protagonismo político, con un marco legal común para todos los países y con una sola voz en el mundo.
España necesita una Unión Europea fuerte, que nos ayude a salir, como a otros países europeos, de la crisis internacional.
Sería muy peligroso el aumento de abstención, que sumada a los votos de los partidos euroescépticos, pueda debilitar la legitimidad política de la UE.
Todas estas razones hacen pensar como necesario que, para el próximo acto electoral, se debe motivar la responsabilidad ciudadana de los españoles para que acudamos a votar. No debemos olvidarnos que sólo participando en las elecciones elegimos la Europa que queremos.
Entre el 4 y el 7 de junio, 375 millones de europeos elegirán a sus representantes al Parlamento Europeo. Nosotros lo haremos el domingo, día 7.
Las elecciones se van a disputar en un tiempo marcado por una crisis económica y financiera de carácter global, que servirá, seguramente, para poner a prueba la capacidad de respuesta de la Unión Europea.
Si España no hubiese entrado en la UE en 1986, y en el euro en 2002, es más que evidente que la actual crisis internacional hubiese llevado al país a un inconmensurable desastre.
España no solo debe a la UE su consolidación democrática, su modernización, su mayor prosperidad económica y sus mejoras en infraestructuras, sino también, su mejor calidad de vida, su modernización tecnocientífica y la libertad de circulación de personas , bienes y mercancías.
Muchas son las decisiones del Parlamento Europeo que afectan cotidianamente a nuestras vidas, tales como las que se toman en el ámbito del empleo, de asuntos sociales, medioambientales, de mercado de bienes y servicios, de estabilidad de servicios financieros, de seguridad para los consumidores, de salud, de seguridad y terrorismo, de libertades civiles.....
Es por ello que los españoles debemos encarar estas próximas elecciones con un mayor sentido de la responsabilidad, evitando niveles de abstención que puedan enmascarar un inequívoco y renovado apoyo a la integración europea plena.
La participación cívico-electoral es también una forma de afirmación de la ciudadanía y una señal clara de que "ser europeo" es un deseo reiterado de los españoles.
El proceso de integración europeo, que se inició hace medio siglo, no es, ni ha sido un camino fácil y sin problemas. Las instituciones diseñadas inicialmente para un acuerdo de 6 países han tenido que ir transformándose y rediseñándose para una Unión Europea de 27 estados. Richard Coudenhove-Kalergi, promotor del ideal europeísta en los años 20, Jean Monet, el padre fundador y grandes impulsores como Schuman, De Gasperi y Spaak han iniciado y marcado el camino. En España fueron, entre otros, Salvador de Madariaga y más tarde Felipe González, que supo ver en nuestra integración una garantía de la estabilidad democrática y de prosperidad para una España que acababa de salir de una dictadura.
En este camino siempre ha habido euroescépticos, como el General De Gaule, que no aceptan, entre otras cosas, las cesiones de soberanía que los estados han tenido que ir haciendo. Actualmente los euroescépticos ya tienen partido político europeo reconocido (Libertas), que se presenta a estas elecciones con pretensión de conseguir representación europarlamentaria que les permita interferir en la política europea tradicional.
El Tratado de Lisboa , que como todo indica , podrá entrar en vigor en unos meses ( de los 27 países ya lo han ratificado 25, solo queda la República Checa e Irlanda , que en verano tendrá su segundo referéndum) va a hacer más transparente y menos burocráticas todas las gestiones en la Unión, va a acrecentar las atribuciones y competencias , no solo del Parlamento Europeo con los órganos ejecutivos , sino también de los Parlamentos Nacionales delante de la UE y será un paso más en el camino de convertir este tratado entre estados soberanos en algo más, con más protagonismo político, con un marco legal común para todos los países y con una sola voz en el mundo.
España necesita una Unión Europea fuerte, que nos ayude a salir, como a otros países europeos, de la crisis internacional.
Sería muy peligroso el aumento de abstención, que sumada a los votos de los partidos euroescépticos, pueda debilitar la legitimidad política de la UE.
Todas estas razones hacen pensar como necesario que, para el próximo acto electoral, se debe motivar la responsabilidad ciudadana de los españoles para que acudamos a votar. No debemos olvidarnos que sólo participando en las elecciones elegimos la Europa que queremos.
1 comentario:
Cual es la postura de UPyD en lo que respecta a la P.A.C de Europa? Cual es la propuesta de UPyD para resolver el conflicto de las cuota lácteas?
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